[MÚSICA] [MÚSICA] Con esta unidad, conoceremos el software malicioso. En el primer apartado, veremos la función de este software y los diferentes tipos. Y en el segundo apartado, veremos cómo prevenir los ataques a nuestro ordenador. Malware o software malicioso es el que tiene como objetivo infiltrarse o dañar un ordenador sin el consentimiento de su propietario. Normalmente usamos el término virus informático para referirnos a este software. Pero los virus son solo uno de los diferentes tipos de malware. Existen muchos tipos de malware. Veremos aquí los más importantes. Los virus informáticos necesitan utilizar portadores, normalmente archivos ejecutables. Pero pueden ser parte de aplicaciones o documentos. El contagio se produce al pasar el archivo de un ordenador a otro. Los gusanos son similares a los virus, pero no dependen de portadores. Pueden modificar el sistema operativo para autoejecutarse como parte del proceso de inicialización del sistema. Acostumbran a utilizar algún mecanismo de ingeniería social para engañar al usuario y poder ejecutarse. El troyano informático es un programa nocivo con apariencia de programa legítimo. No son capaces de replicarse por ellos mismos y pueden ser adjuntados a cualquier tipo de software o introducirse por medio del engaño. El backdoor o puerta de atrás es un programa que permite el acceso al ordenador ignorando los procedimientos de autenticación. Algunos se parecen a los troyanos y otros funcionan como los gusanos. El software espía es aquel que recolecta y envía información de los usuarios. Normalmente trabajan y contaminan sistemas como lo hacen los troyanos. El exploit es aquél programa que ataca a una vulnerabilidad particular de un sistema operativo. No son necesariamente nocivos. Son generalmente creados por investigadores de seguridad informática para demostrar que existe una vulnerabilidad. El rootkit, herramienta de intrusión, es un programa que permite un acceso de privilegio a un ordenador pero que mantiene su presencia oculta al control de los administradores. Permite al atacante conseguir el control del sistema y ocultar otro malware. El ransomware es un programa que restringe el acceso a los archivos de un ordenador de forma ilícita y exige un rescate económico para retirar las restricciones. Un virus tiene un proceso de creación, contagio, incubación, replicación y ataque. El virus se crea como su programa o microprograma ejecutable. Después se deja en la red o se copia dentro de un programa. El virus actúa de forma automática e independiente del control de su creador. El siguiente paso es el contagio. Las vías de infección son principalmente los programas copiados, Internet y el correo electrónico. Normalmente, el virus queda oculto reproduciéndose en espera de activarse cuando se cumplan las condiciones adecuadas. A continuación, llega la replicación, que consiste en la producción del propio virus de una copia del mismo que se situará en otro archivo. Dado que ha de hacerlo de la forma más discreta y rápida posible, en este momento el virus no se manifiesta para tener más posibilidades de dañar a una cantidad mayor de ordenadores. Cuando se cumplan las condiciones, el virus entra en actividad destructora. Por ejemplo, formatea el disco duro o borra determinados archivos. Para la propagación del virus a veces el atacante utiliza una burnet, grupo de ordenadores conectados a Internet llamados zombies, que involuntariamente una vez infectados son controlados remotamente sin que el propietario se entere. Es difícil saber que nuestro ordenador está infectado, pero hay síntomas que lo delatan. Como por ejemplo, sin causa aparente se hace más lento el trabajo del ordenador o se queda colgado demasiado a menudo. El disco duro trabaja más de la cuenta, eso se ve desde el indicador led del disco duro. El sistema no arranca o se reinicia solo. Algunos programas no se pueden ejecutar. Se reduce el espacio disponible en los discos. El sistema no reconoce alguna unidad de disco. Se reduce la memoria disponible. Aparecen en la pantalla mensajes extraños o de aviso que nada tienen que ver con los habituales mensajes de Windows. La pantalla se borra o cambia. Aumenta el tamaño de ficheros o no los podemos abrir. Aparecen o desaparecen algunos archivos, algunos aparecen con el mismo nombre que otros. O en algunos archivos aparece información de otros archivos. Para prevenir los ataques a nuestro ordenador, es indispensable tener un antivirus actualizado que minimice el riesgo. Un antivirus tiene tres objetivos básicos: Detectar la presencia de malware en los archivos. Desinfectar todos aquellos archivos que contengan virus y proteger el ordenador ante futuros ataques. Un antivirus actúa de la siguiente forma. Inspecciona los correos que se reciben. Inspecciona los archivos del ordenador a medida que se van abriendo o creando. E inspecciona periódicamente todo el ordenador para verificar si existen archivos corruptos y eliminar el malware existente o ponerlo en cuarentena. Los antivirus utilizan una base de datos para localizar las amenazas. Por eso, es muy importante actualizarlos para que reconozcan las amenazas más recientes. Aunque los antivirus cada vez ofrecen más funcionalidades, no son infalibles, tienen limitaciones. Por ejemplo, no evitan el spam, no evitan ataques directos de un hacker al ordenador y no evitan las actividades criminales online. Existen en el mercado muchos programas antivirus, tanto de pago como gratuitos. Si queremos la máxima seguridad posible, mejor utilizar uno de pago. Pero viendo con cuidado, sobre todo por Internet, podemos utilizar los gratuitos aunque su efectividad será menor. Aunque estéis tentados de utilizar más de un antivirus para aumentar la seguridad, no lo hagáis porque normalmente entren en conflicto entre ellos y podríais tener problemas. [AUDIO_EN_BLANCO]