[MUSIC] Hola amigos. En esta segunda semana del curso, vamos a analizar algunos aspectos relacionados con la corrección y estilo, en el Chivato y los amigos de Eddie Coyle. En concreto partimos del original en inglés, pero vamos a centrarnos exclusivamente en las dos versiones realizadas para el español. La primera bajo el tÃtulo El chivato, publicado en el año 1973, y la segunda bajo el tÃtulo Los amigos de Eddie Coyle, publicada en el año 2011. Los aspectos que vamos a analizar en esta lección son, en primer lugar, el verbo en posición final. En segundo lugar, los conectores, como tan pronto como y más que. Y, finalmente, algunas cuestiones relacionadas con el estilo. Todo ello en contraste con las dos versiones que hemos señalado de las dos obras, El chivato y Los amigos de Eddie Coyle. Llamaremos a lo largo de este curso a la edición de 1973 Chivato y a la edición de 2011 Amigos. En cuanto al verbo en posición final se trata del análisis o vamos a analizar en concreto aspectos como los que reflejan los ejemplos que aparecen de 1 a 4. Obsérvense los contrastes entre las oraciones de a y b, más preocupado me tiene o me tiene más preocupado. Nada dijiste o dijiste nada. Apenas mi amigo llegó o apenas llegó mi amigo. Y, finalmente, con él habÃan salido o habÃan salido con él. Estas oraciones ponen de manifiesto una cuestión en la que debemos acudir al orden de palabras en las lenguas. Es decir, ¿dónde se prefiere colocar el verbo en un enunciado? En posición inicial, en posición intermedia, o en posición final. En este sentido hay una relación muy estrecha entre las lenguas o una relación pues bastante distinta entre las mismas lenguas, ¿no? De hecho, pues existen lenguas que tienen un orden concreto de los constituyentes de la oración, frente a otras que tienen otro orden distinto. Por ejemplo, el español es una lengua SVO, es decir, sujeto, verbo, objeto, como también lo son otras lenguas, como el francés o el portugués. Por el contrario, existen lenguas que son SOV, es decir que sitúan el verbo en posesión final, como por ejemplo, lo era el latÃn, o el euskera y el persa. Incluso hay lenguas que tienen otros ordenes diferentes, como por ejemplo, VSO o VOS. Por tanto, vemos que el español de forma natural o no marcada, no situarÃa el verbo en posición final, sino que lo situarÃa en posición intermedia, por tanto, cuando observamos oraciones en las que el verbo se sitúa en posición final absoluta, como las oraciones que aparece en 1a y en 2a. Pues podemos observar que este orden no es el orden natural en una lengua como la española. De hecho el Esbozo señala, precisamente, que las oraciones breves de cuatro elementos, en un solo grupo fónico llevan normalmente el verbo en primero o segundo lugar. Por tanto es poco frecuente, e incluso, señala el Esbozo, que es violento que lo lleven en tercer lugar y totalmente afectado que lo pongamos al final de la oración. Sin embargo, en poesÃa y en prosa artÃstica se pueden permitir estas licencias. Es decir, se puede permitir que el verbo se situe en posición final. Por tanto, podemos concluir que las versiones que hemos señalado, las versiones de a, en las que el verbo aparece al final de la oración, en posición de final absoluto son artificiosas, pedantes, insólitas, poco frecuentes, violentas e incluso podemos señalar que son afectadas. Además, este texto, es decir, estas dos versiones de la obra de Higgins no son textos de prosa artÃstica ni textos poéticos, por tanto deberÃamos utilizar un registro de lengua mucho más adecuado a la tipologÃa textual que presentan estas dos obras. Por tanto, es más coherente, porque se adecúa a un registro de lengua común, las versiones de b, en las que el verbo no aparece en posición final absoluta, sino que aparece antes. Esto sucede, o también se debe seguir el mismo patrón, en el caso en el que el verbo aparezca al final del grupo prosódico, como en las oraciones de 3a. Pues efectivamente, según el Esbozo, volvemos a las mismas consideraciones. Y, por tanto, se siente como afectado el verbo situado más allá del segundo lugar de su grupo fónico, es decir, no deberÃamos construir la siguiente oración. En las largas veladas de invierno la cocina de aldea todos sus encanto recobra, sino que deberÃamos escribir lo siguiente, la cocina de aldea recobra todos sus encantos. O, incluso, poner el verbo en posición inicial, aunque tampoco serÃa lo más adecuado. Recobra la cocina de aldea todos sus encantos. Por tanto, las versiones de b, también en este caso, serÃan preferibles. Y, finalmente, debemos considerar lo mismo en el caso de que se anteponga un complemento. Como por ejemplo con él habÃan salido, pues efectivamente debemos tomar la misma consideración, el mismo patrón. Por tanto podemos concluir que los ejemplos no son de prosa artÃstica y por tanto les convendrÃa un registro más adecuado a la lengua común. Y ese registro se consigue colocando en el segundo o primer lugar de su grupo fónico el verbo. Y asà la construcción se siente como normal. Por tanto, mucho mejor las versiones de b en todos los casos que hemos analizado. Sin embargo siempre debemos tener en cuenta que no se trata de normas gramaticales fijas, sino que a veces dependen del propio estilo del autor y también del texto que está elaborando. Permisible, por ejemplo, en la prosa artÃstica o en la poesÃa, y menos adecuado en el caso de que el texto se quiera adecuar a el uso común del español. A continuación analizaremos algunos casos en los que se utilizan determinados conectores. Concretamente el conector tan pronto como, que en ocasiones puede usarse sin el uso de como, es decir, tan pronto solamente. Y cuyo significado es afÃn a otro conector como es en cuanto. Y también analizaremos otro conector, que es otra cosa más que, que también en ocasiones puede elidir el adverbio de cantidad más. SerÃa un conector de significado afÃn a sino o a más que. En el primer caso, es decir en el caso de, tan pronto como hubo, por ejemplo, observamos gracias la documentación en el uso que nos proporcionan los corpus, que, tan pronto como hubo, es muchÃsimo más frecuente. Que es su correspondiente conector sin la presencia de como, es decir, tan pronto hubo. Se observa clarÃsimamente gracias a este gráfico cómo es mayoritaria la frencuencia de tan pronto como hubo. Lo mismo sucede con el otro conector que estamos analizando, hecho otra cosa que. Gracias a CREA y a CORDE, podemos observar que, es mucho más frecuente la construcción, hecho otra cosa, que no la construcción en las que se añade el adverbio de cantidad más, hecho otra cosa más que, del mismo si observamos su presencia en los eneagramas de Google Docs. Podemos ver claramente como es mayoritario el empleo de hecho otra cosa que frente a el conector hecho otra cosa más que, que conserva el adverbio de cantidad que es prácticamente inexistente en los enegramas de Google Books. Por tanto podemos concluir que, pues, los corpus corroboran la frecuencia del conector otra cosa que frente al que conserva el adverbio de cantidad. Y, por tanto, deberÃamos considerar este último como raro, reciente, e incluso un localismo de España. Para terminar esta lección vamos a hacer referencia a algunas cuestiones del estilo que pues dimanan de las dos versiones del texto de Higgins, El Chivato y Los amigos de Eddie Coyle. Se puede observar, en el caso de 7a que tienen en la diapositiva, cómo es excesivamente reiterativo. En el empleo de determinadas construcciones, pues se cubrÃa la cabeza con una media, de cubrirse la cabeza con otra media de nailon, cubrió sus facciones, deformándolas, etc. En cambio, en la versión de Amigos estás reiteraciones se matizan bastante y se corrigen por otras construcciones en las que se evitan, de manera bastante correcta, esas reiteraciones, ¿no? Una media de nailon en la cara, se puso otra media sobre el rostro, etc. Sin embargo, quizás se podrÃa mejorar esas reiteraciones de ambas versiones de la obra de Higgins. En los ejemplos que aparecen en 7c y 7d, mediante expresiones referenciales o con el uso de pronombres o eliminación directamente de distintos elementos, se podÃa evitar esas reiteraciones. Por ejemplo, en la de 7a, Scalisi iba con un chaquetón de nailon verde, y se cubrÃa la cabeza con una media también de nailon. Asà evitarÃamos la repetición de medias y, en lugar de utilizar ese sustantivo, utilizamos chaquetón. En el asiento trasero, Arthur Valantropo lo hacÃa con otra media de nailon, que cubrió sus facciones, y las deformó, para evitar la repetición de facciones, lentamente con la presión del tejido, de manera que formaban una extraña máscara. Del mismo modo, en la versión de 7d se utilizan también una serie de recursos que permiten evitar este tipo de reiteraciones. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, cuando la reiteración y sucesión de hechos idénticos obliga a la repetición expresiva, las preferencias están en el gusto del propio autor. Por ejemplo, si queremos utilizar un sentido más dramático y contundente, pues, no evitaremos estas reiteraciones sino que las potenciaremos. Es decir, que haremos que el texto sea más reiterativo e insistente. Pero, por el contrario, si buscamos un estilo más elÃptico, más elusivo, intentaremos evitar estas repeticiones y utilizar, pues, todos los mecanismos que existen en la lengua para poder evitarlas, como por ejemplo, pues, las referencias, los pronombres, los usos anafóricos, etcétera. Por tanto concluimos aquà con esta lección dedicada a las versiones de la obra de Higgins que continuaremos en las siguientes semanas del curso, y solo nos queda remitir a los apuntes para hallar un análisis más pormenorizado de estos y otros ejemplos, y también remitir a las referencias que aparecen al final de los apuntes y también al final de la vÃa consultiva. Muchas gracias y nos vemos en la siguiente lección del curso.