Uno de los trastornos que disparan los desastres, es la depresión. Si bien no es tan frecuente como el trastorno de estrés postraumático, se puede considerar que es el segundo trastorno en frecuencia de aparición. Además, la depresión puede acompañar al trastorno de estrés postraumático. Hay muchos tratamientos psicológicos para la depresión. Muchos. Y también se utilizan varios medicamentos antidepresivos para tratarla. Sin embargo, sepamos que la psicoterapia combinada con medicación antidepresiva produce mejor resultado que la medicación sola. Nosotros mencionaremos aquí un tratamiento psicológico para la depresión que demostró no solo la mayor eficacia, sino también un apropiado soporte teórico. Y esta es la terapia cognitiva para la depresión. La terapia cognitiva para la depresión se basa en el supuesto de que la depresión se mantiene por un procesamiento de la información sesgado negativamente y por creencias erróneas que afectan el comportamiento y el funcionamiento de los pacientes. La reestructuración cognitiva, o sea, la transformación de ideas desadaptativas de los pacientes en otras más adaptativas, es el núcleo de la terapia cognitiva. Esta terapia dispone de muchas técnicas para enseñar a los pacientes a registrar y controlar sus pensamientos. Técnicas terapéuticas que se usan para que los pacientes reconozcan el efecto de sus ideas sobre sus emociones. Así se le puede enseñar a los pacientes a evaluar la utilidad y validez de sus ideas desadaptativas y a ponerlas a prueba por medio de unos experimentos conductuales que tienen por finalidad la modificación de sus pensamientos desadaptativos, a fin de transformarlos en ideas más adaptativas y útiles. Esta terapia, también les enseña habilidades de afrontamiento al estrés, de resolución de problemas y de reestructuración cognitiva, de reestructuración de las ideas. La terapia cognitiva también hace hincapié en las tareas para la casa y en las actividades fuera de la sesión, cuyo objetivo es ayudar a los pacientes a poner a prueba directamente la utilidad de los cambios propuestos en la terapia. Habíamos dicho que además del trastorno de estrés postraumático y la depresión, pueden considerarse otros trastornos como consecuencia de los desastres, como algunos trastornos de ansiedad. Entre estos está el trastorno de ansiedad generalizada. Pero la frecuencia del trastorno de ansiedad generalizada está muy por debajo del trastorno de estrés postraumático y de la depresión, que son los más frecuentes que desencadenan los desastres. Afortunadamente, hay varios tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno de ansiedad generalizada. Vamos a poner un ejemplo. La terapia metacognitiva. Otro ejemplo, la terapia conductual basada en la aceptación y finalmente, otro ejemplo es la terapia de intolerancia a la incertidumbre. También existen medicamentos apropiados para tratar este trastorno. Nosotros vamos a desarrollar acá la terapia de intolerancia a la incertidumbre como un ejemplo de tratamiento psicológico eficaz para el trastorno de ansiedad generalizada. Para entender la terapia de intolerancia a la incertidumbre, vamos a conocer primeramente la teoría de la intolerancia a la incertidumbre. ¿Qué es la intolerancia a la incertidumbre? La intolerancia a la incertidumbre, es un conjunto de creencias negativas sobre la incertidumbre y sus efectos. La intolerancia a la incertidumbre lleva a una preocupación incontrolable y excesiva a los individuos, que hace que se considere inaceptable y perturbador que haya la más mínima posibilidad de que aparezca un resultado negativo en la vida de la persona. Esta intolerancia a la incertidumbre lleva a la gente a interpretar la aparición de resultados que son potencialmente desconocidos, como resultados amenazadores o peligrosos. Digamos que si la persona no sabe cómo puede salir algo que hace, entonces piensa que seguramente va a salir mal. La elevada intolerancia a la incertidumbre está relacionado con otros procesos cognitivos que están vinculados con la preocupación, como por ejemplo, las creencias positivas sobre la preocupación, la orientación negativa hacia los problemas y la evitación cognitiva. Las creencias positivas sobre la preocupación llevan al individuo a preocuparse con más frecuencia. Digamos que para la persona está muy bien estar preocupada todo el tiempo, así que se preocupa más y por mucho más tiempo. Además, tienen una actitud negativa hacia los problemas y su solución. Y esa visión negativa sobre los problemas hace que no los resuelva y eso, en consecuencia, aumenta su preocupación. Por último, las personas pueden usar estrategias de evitación cognitiva, o sea, no pensar en los problemas o en lo que a uno le preocupa. Pero, sin embargo, contrariamente, no pensar en los problemas o en los temas preocupantes puede interferir con su procesamiento emocional. Y esto lleva a una elevación de su ansiedad y, en consecuencia, la intolerancia a la incertidumbre se considera un factor de riesgo para la aparición del trastorno de ansiedad generalizada. La terapia de intolerancia a la incertidumbre es un tratamiento cognitivo conductual para el trastorno de ansiedad generalizada basada en la teoría de la intolerancia a la incertidumbre. En los tratamientos cognitivo conductuales, se les enseña a los pacientes sobre la interacción entre sus ideas y su comportamiento y se usan intervenciones terapéuticas sobre los comportamientos de los pacientes para modificar sus creencias y también, en sentido inverso. intervenciones sobre las creencias para modificar los comportamiento de los pacientes. La terapia de intolerancia a la incertidumbre, comienza con la explicación de la terapia y la teoría de la intolerancia a la incertidumbre. Los pacientes aprenden a reconocer los comportamientos que utilizan para evitar o controlar la incertidumbre en sus propias vidas. Por ejemplo, evitar hacer cosas nuevas o tener una excesiva preparación para hacer las cosas cotidianas. Los pacientes son llevados por el profesional de la salud a buscar gradualmente situaciones que le provoquen incertidumbre a fin de mejorar su tolerancia. Posteriormente, en esta terapia se identifican sus creencias positivas sobre la preocupación y se cuestiona la exactitud de estas creencias, evaluando las pruebas a favor y en contra de éstas. También, se entrena a los pacientes en habilidades de resolución de problemas y se practica la aplicación de la resolución de problemas a sus dificultades reales contemporáneas. Finalmente, se toca el tema de la evitación cognitiva mediante el uso de la exposición imaginaria, que consiste en grabar una narración donde los peores miedos del paciente se hacen realidad y luego el paciente escucha repetidamente la grabación para procesar emocionalmente esos miedos.